Liderazgo resiliente frente a la disrupción



por Ali Grovue y Mike Watson, coautores de "Rise Up: Leadership Habits for Turbulent Times" En estos tiempos de transformación, los líderes están llamados a pensar y actuar de manera diferente. La resiliencia, la capacidad de recuperarse o adaptarse fácilmente a la desgracia o el cambio, es el sello distintivo de un gran liderazgo en el siglo XXI. Entonces, ¿por qué no hay más líderes y más organizaciones resilientes? A lo largo de nuestras décadas de apoyo a las empresas, hemos aprendido y aceptado una verdad universal: el comportamiento de los líderes es el factor más importante para determinar la capacidad de adaptación de una organización.
Ya sea en tiempos de crisis o de calma, los siguientes objetivos siempre deben ser las guías para cualquier líder y organización: Si bien los objetivos descritos anteriormente le brindan pautas para la resiliencia, no responden a la pregunta de cómo los líderes establecen estas prácticas. Lo que hemos aprendido en Ignite es que lo que hace como líder para prepararse para la disrupción es mucho más importante que lo que hace frente a la disrupción. Y esto comienza a nivel individual con usted y su capacidad para adoptar estos cuatro pasos: Crear un caso convincente para el cambio rara vez es una tarea difícil.
Ya sea que tengamos una relación que no funciona, que estemos fuera de forma y tengamos dificultades para subir un tramo de escaleras, o que estemos consternados por la lectura de la báscula. estamos de pie, el mensaje será claro. Tenemos que cambiar algo. No es diferente con el liderazgo.
Las señales serán claras y se mostrarán de muchas maneras. Los equipos disfuncionales, los resultados comerciales deficientes y la alta rotación son solo algunos ejemplos de indicadores que el liderazgo debe cambiar. Pero al igual que con los patrones arraigados, la necesidad de cambiar no siempre equivale a la voluntad de cambiar.
Tener la voluntad de cambiar es el primer paso en el desafiante proceso de convertirse en un líder resiliente. Los gimnasios tienden a estar muy ocupados en enero. El ajetreo posterior a la Navidad ha hecho que muchas personas demuestren su voluntad de cambiar.
Aparecen en el gimnasio con las mejores intenciones. Sin embargo, a mediados de febrero, la asistencia al gimnasio generalmente vuelve a los niveles tradicionales. Muchas de las personas que estaban dispuestas a cambiar en enero se quedaron sin energía rápidamente.
El cambio es difícil. Y, según nuestra experiencia, si no existe una fuerte motivación subyacente para el cambio, será de corta duración. Esto es cierto en la búsqueda de un liderazgo resiliente.
La voluntad de cambiar el comportamiento del liderazgo no es suficiente. Necesitas una fuerte motivación subyacente que te dé la fortaleza para seguir adelante. 1.
Confianza: construya relaciones basadas en la confianza mutua. Si su equipo no confía en usted, no puede tener éxito. 2.
Curiosidad — Cada perspectiva tiene valor. Esté presente, haga preguntas y escuche deliberadamente. 3.
Humildad — Impulsa la colaboración de quienes te rodean para lograr grandes resultados. La humildad no es modestia sino la comprensión de que una sola persona no puede hacer el trabajo. 4.
Optimismo: creer que el trabajo duro conducirá a resultados positivos. 5. Coraje: tenga el coraje de empujar hacia las zonas de incomodidad, necesarias para el crecimiento individual, del equipo y de la organización.
Se necesita coraje para seguir sus convicciones. Surgirán momentos decisivos cuando sus valores entren en conflicto con los de los demás. 6.
— Establecer lo que se debe hacer, decretar consecuencias y actuar de manera disciplinada. Los grandes líderes dominan la disciplina personal en aspectos clave de sus vidas. Si el liderazgo resiliente fuera fácil, veríamos mucha más evidencia de ello.
Innumerables líderes se han propuesto ambiciosamente cambiar la forma en que lideran. Sin embargo, pocos hacen cambios que sean duraderos. Desarrollar nuevos hábitos es algo difícil.
Requiere repetición hasta que se crean nuevos caminos en nuestro cerebro. Y mientras construimos estos nuevos caminos, es común enfrentar contratiempos. Se necesita una gran tenacidad para redefinir, de forma permanente, cómo lideramos, y requiere tener la disciplina para mantenerla y la capacidad de volver a comprometernos cuando enfrentamos contratiempos.
*Extraído de "Rise Up: Leadership Habits for Turbulent Times" por Ali Grovue y Mike Watson Ali Grovue es consultor sénior en Ignite Management Services y Mike Watson es presidente de Ignite Management Services. Su último libro, "Rise Up: Leadership Habits for Turbulent Times", desvela estrategias procesables y transformadoras para ayudar a los líderes y las organizaciones a prosperar.

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